- ¿Dijo que no me haría ningún daño, de verdad, papá?
-Me dio su palabra, cariño.
-Entonces dame el anillo. Y por favor, no os olvidéis de mí.
Se despidió con un beso, se puso el anillo y le dio tres vueltas.
Al segundo, se encontró en la mansión de la Bestia.
-Me dio su palabra, cariño.
-Entonces dame el anillo. Y por favor, no os olvidéis de mí.
Se despidió con un beso, se puso el anillo y le dio tres vueltas.
Al segundo, se encontró en la mansión de la Bestia.