Parecía tan esperanzado que Bella sintió lástima.
-Realmente te aprecio mucho, Bestia, pero no, no quiero casarme contigo. No te quiero.
La Bestia repitió a menudo su cortés oferta de matrimonio. Pero ella siempre decía “no”, con suma delicadeza.
-Realmente te aprecio mucho, Bestia, pero no, no quiero casarme contigo. No te quiero.
La Bestia repitió a menudo su cortés oferta de matrimonio. Pero ella siempre decía “no”, con suma delicadeza.