“Me pregunto qué habrá dentro”, pensaba. “Creo que Epimeteo bromeaba acerca de lo que le dijo Mercurio. Al fin y al cabo, es un regalo para mí. Además, la promesa la hizo él, no yo. No va a pasar nada porque mire en su interior un momento.” Sus dedos comenzaron a desatar el nudo de la cuerda, pero se detuvo a tiempo.