ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: — ¡Estúpida, ya no puedes detenernos! Somos las cosas...
— ¡Estúpida, ya no puedes detenernos! Somos las cosas perversas que tu mundo jamás ha conocido; constituimos un presente de los dioses, que envidian vuestra felicidad. ¡Yo soy la Vejez!