“ ¿Qué estáis mirando, niñas bobas” Gritó el gnomo, y su rostro blanco se volvió rojo de rabia, me estabais espiando para robarme mi tesoro, no contestaron ellas, estaba a punto de atacar a las niñas, cuando de repente sonó un gruñido, y un gran oso negro salto desde el interior de una cueva. El gnomo soltó un gran grito, pero no tuvo tiempo de escapar, el oso ya lo había capturado. Entonces gritó con terror, “Señor oso, perdóname! Te voy a dar todo mi tesoro. Mira estas piedras preciosas que he robado y guardado durante toda la vida, y además si tiene hambre puedo ayudar a capturar a esas niñas bobas, son jóvenes y tiernas, y le resultarán muy jugosas. Pero el oso, sin prestar atención a sus palabras, le dio un gran golpe con su garra y lo mató.