¿No estarás desperdiciando esta hermosa mañana atareada con tus tarros de miel? ¿Cómo puedes ser tan tonto? Yo, cuando tengo hambre, bebo todo el néctar que me apetece, ¡pero no malgasto mi tiempo recogiendo miel para que se la coman otros! Patoso agachó la cabeza, pero no contestó porque no le gustaba que se rieran de él.