Así que Patoso bailó con la reina de las hadas, y se sintió más orgulloso y feliz de lo que nunca había estado. Y cuando al final acabó el baile, y todas las hadas ya se habían marchado, se fue a dormir en una flor de malva real, y soñó con todo lo que había pasado. No obstante, a la mañana siguiente se acordó de su propia reina y regresó apresuradamente a la colmena. Pero la pequeña mariposa no pareció muy contenta de que lo hiciera.