-Y ahora pon atención a lo que te voy a decir. Mira, en ese largo sembrado que hay allí vamos a correr. La liebre correrá por un surco y yo por otro, y empezaremos desde allá arriba. Lo único que tienes que hacer es quedarte aquí abajo en el surco, y cuando la liebre se acerque desde el otro lado, le sales al encuentro y le dices: «Ya estoy aquí».