Inmediatamente, las jóvenes se reunieron detrás de los corrales. Riendo a la luz de la luna, comenzaron a vestirse con horrendas máscaras. Pintaron extraños dibujos en sus brazos y piernas y se pusieron unas faldas hechas con afiladas plumas. Luego, agachadas, avanzaron rápidamente y en silencio por entre los tallos de las hierbas, siguiendo a Tombi hacia las colinas.