Aquella noche, a la hora de la cena, la princesa se sirvió cumplidamente como postre un bizcocho con nata. Mas cuando fue a levantar la cuchara, oyó un ruido en la escalera; era como el eco de las pisadas de unos pequeños pies planos. ¡Era la rana verde! Dando un gran salto, aterrizó sobre la mesa junto al plato de la princesa.