ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: A estas alturas, la Señora Carpintero ya se había tranquilizado,...

A estas alturas, la Señora Carpintero ya se había tranquilizado, y estaba consternada por haberle hablado de forma tan brusca. –Por favor, discúlpame –dijo –Estaba tan asustada que no sabía lo que decía. Te lo agradezco infinito, y si algún día necesitas una amiga, házmelo saber y haré todo lo que pueda para ayudarte. Cola de Seda no se detuvo a hablar más rato. Sabía que cada vez estaba más cerca de la fiesta, así que se apresuró.