Me voy a beber a la pila de las ovejas. Podríais acompañarme, pero los humanos han echado veneno para que no se acerquen los canguros. Con nosotros no se meten… les gusta demasiado comer nuestros huevos. Sólo nos matan cuando bailamos entre sus ovejas… ¡Qué tendrán las ovejas para que se preocupen tanto por ellas!… ¡Fijaos en ese rebaño! ¡Apenas puedo contener las ganas que siento de bailar!