Como se nota que mis niños no están en casa... Si estuviesen por aquí, a ver quién hubiese sido la guapa de ponerse a escribir por aquí. Primero porque no soy guapa, y segundo porque hubiesen arrasado con todo lo que hay cerca del ordenador con tal de que la abuela no tocase ni una tecla. ¡Ay Señor, qué santa paciencia tenemos los abuelos...! ¡Pero qué alegría de tenerlos a ellos para que intenten acabar con ella... aunque no lo consigan!
Mil besos para mis niños, Aitor, Leire, y Blai que viene de camino, y le queda poquito para llegar. ¡Como del Kilómetro Gordo al Almacén, vamos!
Mil besos para mis niños, Aitor, Leire, y Blai que viene de camino, y le queda poquito para llegar. ¡Como del Kilómetro Gordo al Almacén, vamos!