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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Pero no todos los habitantes de Liliput se sentían...

Pero no todos los habitantes de Liliput se sentían felices de tener a un gigante encadenado tan cerca de la población. Aquella noche, un grupo de hombres se deslizaron furtivamente entre los guardias y atacaron a Gulliver con sus flechas, lanzas y cuchillos. Rápidamente fueron rodeados por la guardia personal del emperador, que les ataron las manos a la espalda. Con el puño de su afilada lanza, el capitán de la guardia fue empujando a los atacantes más y más cerca de las manos extendidas de Gulliver, al tiempo que parecía decir: