
Se pasaban el día entero talando árboles, arrastrando los troncos y cardándolos en los camiones. Cuando el ultimo camión había salido para el aserradero, Fabián y Golo se iban al río para lavarse. Mientras nadaba en las límpidas aguas, Fabián pensaba con ilusión en el día en que sería lo bastante mayor para ir a Río Rosa.