Fabian deseaba aquella flauta más que ninguna otra cosa en el mundo, y se puso a pensar en la forma de conseguirla. Entonces dijo a Golo:
—Tú eres blanca; bueno, salvo tu nariz, que es rosa, pero no creo que vaya a fijarse en eso.
—Tú eres blanca; bueno, salvo tu nariz, que es rosa, pero no creo que vaya a fijarse en eso.