ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Wolstencroft sentía triste y solo. Él anhelaba tener...
Wolstencroft sentía triste y solo. Él anhelaba tener un niño que lo llevara a casa y lo quisiera y jugara con él. Pero, sobre todo, para abrazarlo. Porque ningún abrazo es demasiado grande para un oso de peluche.