En la parte delantera de la tienda habían colocado una estantería con huevos de chocolate. Y como ya no era domingo de Pascua, los habían bajado a mitad de precio.
Después de que cerraron la tienda, Wolstencroft recogió el huevo más bonito que pudo encontrar y se lo dio a Rita, para animarla.
Después de que cerraron la tienda, Wolstencroft recogió el huevo más bonito que pudo encontrar y se lo dio a Rita, para animarla.