Pan de hadas
Hace mucho tiempo, en la época de nuestros antepasados, había en Bretaña una mujer llamada Inés, su marido era pescador y vivian en una casa alejada del pueblo, la casa estaba justo encima de una cueva de hadas. De noche, cuando se sentaban en la cocina, podían oír el ruido del telar que subían desde la profundidades de la tierra. Sin embargo, Inés y su marido no tenían miedo, porque las hadas de la cueva eran amables con los hombres siempre que se las dejara en paz.
Hace mucho tiempo, en la época de nuestros antepasados, había en Bretaña una mujer llamada Inés, su marido era pescador y vivian en una casa alejada del pueblo, la casa estaba justo encima de una cueva de hadas. De noche, cuando se sentaban en la cocina, podían oír el ruido del telar que subían desde la profundidades de la tierra. Sin embargo, Inés y su marido no tenían miedo, porque las hadas de la cueva eran amables con los hombres siempre que se las dejara en paz.