– Gracias- respondió cortésmente Inés, sabiendo que las hadas apreciaban mucho la buena educación.
Otra noche, la mujer se quedó en pie para cuidar a su hijo gravemente enfermo, y tuvo miedo de que se fuera a morir.
Otra noche, la mujer se quedó en pie para cuidar a su hijo gravemente enfermo, y tuvo miedo de que se fuera a morir.