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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: — ¡Ah!, hijo mío, repuso la reina, ningún precio es...

— ¡Ah!, hijo mío, repuso la reina, ningún precio es muy alto para salvarte la vida; mas, querido hijo, salva la mía y la del rey tu padre, diciéndome lo que deseas, y ten la plena seguridad que te será acordado.