– No te preocupes muchacho. Si me haces un favor te recompensaré con una moneda de oro.
– ¿En serio, tío? – exclamó Aladino muy entusiasmado – haré lo que me pidas.
– ¿En serio, tío? – exclamó Aladino muy entusiasmado – haré lo que me pidas.