Convertido en un hombre rico, y mientras se encontraba dando uno de sus paseos por las calles del reino, Aladino vio por primera vez a la hija del Sultán. Tan enamorado quedó de aquella chica, que enseguida decidió llamar al genio para pedirle que le convirtiera en un poderoso rey, lleno de lacayos, carruajes y con un elegante y cómodo palacio.