El Hada, sincera ante la Reina, le contó que, aunque sus deseos eran de ayudarla, esto le era imposible, puesto que un poder superior estaba protegiendo al príncipe ¿Cómo era posible? Con claridad, la Reina supo que quien se interponía en sus planes era “La Reina Amable”, quien protegía a su ahijado desde un país lejano con un rubí que le servía de talismán y escudo. Ésta última además sabía de buena guisa las intenciones de la malvada Reina, y advirtió al príncipe que el talismán sólo sería útil mientras permaneciese en su Reino. Esta condición llegó a la Reina mezquina, y ésta concentró sus esfuerzos en sacar al príncipe del reino.
Lo que ella no consiguió lo hizo un accidente. El Rey tenía una hermana con la que conservaba una estrecha relación y con quien se enviaba correspondencia a menudo, pues vivía en un reino lejano. La hermana del Rey, quien no conocía todavía a su maravilloso sobrino, se empeñó en acogerlo como invitado. El Rey, que tenía algunas dudas al respecto, accedió tras consultarlo con su esposa.
Lo que ella no consiguió lo hizo un accidente. El Rey tenía una hermana con la que conservaba una estrecha relación y con quien se enviaba correspondencia a menudo, pues vivía en un reino lejano. La hermana del Rey, quien no conocía todavía a su maravilloso sobrino, se empeñó en acogerlo como invitado. El Rey, que tenía algunas dudas al respecto, accedió tras consultarlo con su esposa.