![el rio azul](/fotos_reducidas/6/4/1/01025641.jpg)
Cuando le lanzó el pan al oso, este se entretuvo devorándolo y el príncipe se apresuró hacia el interior de la cueva. Todo se encontraba oscuro en aquel lugar, pero a lo lejos podía verse un manantial lleno de luz, y el joven no tardó en rellenar con aquella agua mágica un pequeño frasco que llevaba consigo.