Sin aliento y sin fuerzas,
le están sangrando los pies,
llevadlo pasito a paso,
que no se vaya a caer.
Te quemaron sin piedad,
Padre Jesús Nazareno,
y resurgiste otra vez
de aquella bendita imagen
que no volveremos a ver.
Aquel rostro tan hermoso,
y aquel cutis tan divino,
con su mirada tan fija,
y unas manos tan bellas
que tenía aquel Jesús...
Que quemaron tu figura
unos verdugos malvados;
no tuvieron compasión
aquellos hombres envenenados;
no tuvieron compasión
de quemar tu sagrada imagen,
siendo tú el hijo de Dios.
Caminando va Jesús
y las fuerzas le faltaban,
y los verdugos judíos
con mas saña lo azotaban.
Una Cruz larga y pesada
a Jesús le entregaban,
y, con fatiga y dolor,
solo, solito, solo,
al Calvario se marchó.
le están sangrando los pies,
llevadlo pasito a paso,
que no se vaya a caer.
Te quemaron sin piedad,
Padre Jesús Nazareno,
y resurgiste otra vez
de aquella bendita imagen
que no volveremos a ver.
Aquel rostro tan hermoso,
y aquel cutis tan divino,
con su mirada tan fija,
y unas manos tan bellas
que tenía aquel Jesús...
Que quemaron tu figura
unos verdugos malvados;
no tuvieron compasión
aquellos hombres envenenados;
no tuvieron compasión
de quemar tu sagrada imagen,
siendo tú el hijo de Dios.
Caminando va Jesús
y las fuerzas le faltaban,
y los verdugos judíos
con mas saña lo azotaban.
Una Cruz larga y pesada
a Jesús le entregaban,
y, con fatiga y dolor,
solo, solito, solo,
al Calvario se marchó.