Pues a lo mejor me quedo corta si digo que esta piedra que vemos en esta foto cuenta con diez u once siglos... Los habitantes de Alconchel no tenemos esa edad, por supuesto, pero raro será el alconchelero o alconchelera que no haya visto nunca esta piedra al natural. Le llamábamos, -no sé si aún se hace- "Las pilillas de la Virgen" y caso lo primero que hacíamos cuando subíamos al Cerro Castillo era hacerle una visita, limpiarlas y poner piedrecillas que encontrábamos y de las que elegíamos las que nos parecían más raras y bonitas. No podía ser menos porque... ¡Eran para la Virgen!