Desesperado, empezó a buscar solución por su vida, y así fue como el soldado se topó con un extraño hombre, revestido de verde y con una pezuña hendida… Este siniestro ser, que para algunos podría ser el demonio tal y como se concebía, le ofreció riqueza, toda la que soñase, a cambio de algo. Algo que supondría un tremendo esfuerzo al soldado: durante siete años no debía cortar su cabello, ni sus uñas, ni asearse, ni rezar, y portar un abrigo y una capa que le prestaría. En el caso de que el soldado fuese capaz de sobrevivir a tremendo reto, sería rico y libre por siempre. Si moría en el intento, el castigo sería peor, pues el mismo diablo le poseería.