ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: – ¡Qué bien me ha quedado! –exclamó–. Lástima que no...

– ¡Qué bien me ha quedado! –exclamó–. Lástima que no tenga vida. Cómo me gustaría que mi Pinocho fuese un niño de verdad. Tanto lo deseaba que un hada fue hasta allí y con su varita dio vida al muñeco.