El coche siguió su camino y, poco después del amanecer, llegó al país de los juegos. ¡Qué fabuloso espectáculo! Había chicos jugando en todas partes; corrían, saltaban, gritaban, reían y jugaban con pelotas, patines y bicicletas. Algunos iban vestidos de soldados, otros disfrazados de payasos, había terrenos de juegos, tiovivos y teatros. Los chicos recién llegados saltaron del coche y se unieron a los demás. ¡Qué felices eran todos!