Pobre Pinocho! Primero pierde al hada y ahora a su padre, Geppetto. Se vistió y con el corazón abrumado por el dolor echó a andar por el camino que arrancaba de la playa. Al cabo de una hora llegó a un lugar llamado Pueblo de la Abeja Industriosa, donde las calles estaban atestadas de gente afanándose en su trabajo. No había nadie desocupado.