![En el patio de la ermita](/fotos_reducidas/9/0/3/01054903.jpg)
Cuando Pinocho llegó a casa del hada había anochecido y se sentía muy cansado y hambriento. Al llamar a la puerta, nadie respondió. ¿Le habría abandonado el hada otra vez? Esperó y esperó. Por fin, al cabo de media hora, se abrió una ventana en el piso superior y se asomó un enorme caracol que llevaba una vela encendida en la cabeza.