Le pidió a Santi que sostuviera la manta sobre los bordes desgarrados del agujero. Luego, se deslizó por ella y a los pocos minutos Roque salía del agujero. Santi echó la manta sobre los hombros de Roque. Pobrecillo Roque, tenía un tobillo roto y su padre lo llevó al hospital. La señora Quintana le dio a Santi un gran pedazo de tarta y alabó su valentía y sensatez.