Tras pronunciar estas palabras, el adulto se sentó debajo de un gran alcornoque. Reflexionó durante algunos minutos, y de pronto empezó a hablar:
-El Gran Sueño –dijo. Dio un gran suspiro, y luego continuó-: Hace mucho de aquello, quizá más de cincuenta mil años. Pertenece al tiempo en que fue creado el mundo. Verás, mucho antes de aquello, la Tierra era plana y estaba muerta. No había montañas, ni luz, ni vida. No había nada. Todo estaba oscuro, silencioso e inmóvil. No había viento, nada se movía.
“Pero, de repente, el mundo se abrió con gran estrépito y de sus entrañas salieron unos seres gigantescos que se pusieron a deambular por todas partes. Mientras viajaban, esas gentes del Gran Sueño hacían lo mismo que los hombres de ahora: acampaban en chozas, cavaban en busca de agua, cazaban y adoraban a sus dioses.
-El Gran Sueño –dijo. Dio un gran suspiro, y luego continuó-: Hace mucho de aquello, quizá más de cincuenta mil años. Pertenece al tiempo en que fue creado el mundo. Verás, mucho antes de aquello, la Tierra era plana y estaba muerta. No había montañas, ni luz, ni vida. No había nada. Todo estaba oscuro, silencioso e inmóvil. No había viento, nada se movía.
“Pero, de repente, el mundo se abrió con gran estrépito y de sus entrañas salieron unos seres gigantescos que se pusieron a deambular por todas partes. Mientras viajaban, esas gentes del Gran Sueño hacían lo mismo que los hombres de ahora: acampaban en chozas, cavaban en busca de agua, cazaban y adoraban a sus dioses.