- ¡Ah, ahora sé por qué! ¿De dónde has sacado esto, ladrón?
Y después de pronunciar estas palabras, el mercader cogió el cofre y se marchó, indiferente a los llantos y lamentos del leñador.
Y después de pronunciar estas palabras, el mercader cogió el cofre y se marchó, indiferente a los llantos y lamentos del leñador.