Y sin perder tiempo, se dirigió a casa del mercader.
- ¿Qué quieres?
-Querría trabajar para usted, señor.
-De acuerdo, me hace falta una criada. ¿Y cómo te llamas?
-Nadie-en ningún sitio-nada.
-Qué nombre tan extraño –dijo el mercader, pero la puso a su servicio.
- ¿Qué quieres?
-Querría trabajar para usted, señor.
-De acuerdo, me hace falta una criada. ¿Y cómo te llamas?
-Nadie-en ningún sitio-nada.
-Qué nombre tan extraño –dijo el mercader, pero la puso a su servicio.