- ¡Menudo tapón de caballero! –le dijeron-. ¡Danos ahora mismo todo lo que lleves encima, pedazo de renacuajo, o te enviaremos al otro mundo de un tajo en la garganta!
Angelito se dio cuenta de que estaba en un apuro, y entonces se acordó de lo que le había dicho la anciana, y se dijo a sí mismo: “A veces lo más sencillo es buscar en el bolsillo”.
Se metió, pues, la mano en el bolsillo, y allí encontró un cofre de plata.
- ¡Tened este cofre! –les dijo a los bandidos-. ¡Vale muchísimo dinero!
Angelito se dio cuenta de que estaba en un apuro, y entonces se acordó de lo que le había dicho la anciana, y se dijo a sí mismo: “A veces lo más sencillo es buscar en el bolsillo”.
Se metió, pues, la mano en el bolsillo, y allí encontró un cofre de plata.
- ¡Tened este cofre! –les dijo a los bandidos-. ¡Vale muchísimo dinero!