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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Érase que se era un día de invierno muy crudo. En el...

Érase que se era un día de invierno muy crudo. En el campo nevaba copiosamente, y dentro de una casa de labor, en su establo, había un Burrito que miraba a través del cristal de la ventana. Junto a él tenía el pesebre cubierto de paja seca.
- ¡Paja seca! -se decía el Burrito, despreciándola-. ¡Vaya una cosa que me pone mi amo! ¡Ay!, ¡cuándo se acabará el invierno y llegará la primavera, para poder comer hierba fresca y jugosa de la que crece por todas partes, en prado y junto al camino!