Hazme la cama, niña bonita,
hazme la cama, mi mujercita.
- ¿Qué ocurre? –preguntó la madre.
-Nada, nada, es sólo la rana del pozo, que quiere dormir.
-Pues anda –dijo la madre-, y acuesta en la cama a la pobrecita.
La cama se incorporó y llevó a la rana macho a la cama.
En cuanto estuvo en la cama, la rana macho volvió a croar:
hazme la cama, mi mujercita.
- ¿Qué ocurre? –preguntó la madre.
-Nada, nada, es sólo la rana del pozo, que quiere dormir.
-Pues anda –dijo la madre-, y acuesta en la cama a la pobrecita.
La cama se incorporó y llevó a la rana macho a la cama.
En cuanto estuvo en la cama, la rana macho volvió a croar: