Nada, nada, es sólo la rana del pozo. Quiere que le corte la cabeza, pero me da no sé qué.
-Anda –dijo la madre-, córtale la cabeza a la pobrecita si realmente es eso lo que quiere.
La muchacha se incorporó y le cortó la cabeza a la rana macho. Y en cuanto la cabeza quedó separada del cuerpo, la rana se transformó en un bellísimo príncipe, que se casó con la muchacha y vivieron siempre juntos, felices y contentos.
-Anda –dijo la madre-, córtale la cabeza a la pobrecita si realmente es eso lo que quiere.
La muchacha se incorporó y le cortó la cabeza a la rana macho. Y en cuanto la cabeza quedó separada del cuerpo, la rana se transformó en un bellísimo príncipe, que se casó con la muchacha y vivieron siempre juntos, felices y contentos.