ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: -Pobres de nosotras, no sé que podremos hacer –se lamentaban...

-Pobres de nosotras, no sé que podremos hacer –se lamentaban Adela y Matilde-. Es de noche y no tenemos adónde ir a dormir.
Pero Serafina no desesperó. Trepó a un árbol, miró a su alrededor y, por el lado donde el sol ya se había puesto, vio brillar una lucecita. Las tres hermanas se pusieron en marcha y pronto llegaron frente a una magnífica casa, toda cubierta de oro y plata y con muchas campanas de plata en el tejado.