Pero Serafina les rogó:
-Por favor, dejadnos vivir. Cocinaremos para vosotros, barreremos la casa, lavaremos la ropa, coseremos, trabajaremos para vosotros día y noche, pero no nos quitéis la vida.
Al principio, los dos ogros no querían siquiera escucharla, pero se dieron cuenta de que por probar no perdían nada. Siempre estarían a tiempo de comerse a las tres hermanas.
-Por favor, dejadnos vivir. Cocinaremos para vosotros, barreremos la casa, lavaremos la ropa, coseremos, trabajaremos para vosotros día y noche, pero no nos quitéis la vida.
Al principio, los dos ogros no querían siquiera escucharla, pero se dieron cuenta de que por probar no perdían nada. Siempre estarían a tiempo de comerse a las tres hermanas.