-Compréndelo, Cenicienta, contigo haríamos un mal papel y nos ensuciarías los vestidos.
Una vez, mientras ordenaba la casa, Serafina encontró una pequeña llavecita de oro. La probó enseguida en todas las puertas, todos los armarios y todos los cofres y finalmente, en el desván, descubrió una pequeña caja que pudo abrir con la llave encontrada. Adivinad qué había dentro: un maravilloso vestido de plata, un par de zapatos de plata y una diadema de plata. No había en todo el reino un vestido tan hermoso como ése.
Una vez, mientras ordenaba la casa, Serafina encontró una pequeña llavecita de oro. La probó enseguida en todas las puertas, todos los armarios y todos los cofres y finalmente, en el desván, descubrió una pequeña caja que pudo abrir con la llave encontrada. Adivinad qué había dentro: un maravilloso vestido de plata, un par de zapatos de plata y una diadema de plata. No había en todo el reino un vestido tan hermoso como ése.