Siete días después, el rey ofreció de nuevo una fiesta con baile. Y esta vez Serafina encontró en la caja del desván un vestido de diamantes, un par de zapatos de diamantes y una diadema de diamantes. Y este vestido era tan hermoso que no se había visto jamás en todo el mundo uno igual.
Esa noche, en la fiesta, los caballeros y las damas de la nobleza, así como las hermanas de Cenicienta, se quedaron deslumbradas de tanto esplendor y el rey estaba firmemente decidido a no dejar escapar a Cenicienta por tercera vez y a llevarla, sin pensarlo dos veces, del baile al altar. Pero a medianoche, Cenicienta desapareció sin que el rey tuviese tiempo a reaccionar y volvió a casa. Y, mientras corría, perdió en el bosque un zapato de diamantes.
Esa noche, en la fiesta, los caballeros y las damas de la nobleza, así como las hermanas de Cenicienta, se quedaron deslumbradas de tanto esplendor y el rey estaba firmemente decidido a no dejar escapar a Cenicienta por tercera vez y a llevarla, sin pensarlo dos veces, del baile al altar. Pero a medianoche, Cenicienta desapareció sin que el rey tuviese tiempo a reaccionar y volvió a casa. Y, mientras corría, perdió en el bosque un zapato de diamantes.