-Mi abuelo es pescador. Fui ayer a encontrarme con él y ¿qué se os ocurre que vi? Tiene en su casa una nueva criada, y esa criada es un pez que consiguió pescar hace unos diez días. Y debo decir que lo ha amaestrado muy bien: el pez le ordena la casa, barre el suelo, cocina, friega los platos y va al mercado. Mi abuelo también le ha enseñado a cantar. Cuando volvimos de pescar, encontramos preparada una comida deliciosa. Después de comer, el pez subió a la terraza a tender las redes de mi abuelo y desde allí, a una distancia de varios kilómetros, vio esta ciudad y esta moneda de cobre en el suelo. Me lo contó enseguida y decidí venir a cogerla. Por lo tanto, la moneda es mía.