Mi padre es un vendedor de perfumes. Ayer fui a encontrarme con él y ¿qué creéis que me contó? Un día compró en el mercado un huevo muy grande y se lo dio a una gallina clueca para que lo incubase. Del huevo salió finalmente un gallo, que creció y no paró de crecer hasta hacerse tan grande que mi padre pudo cargar sobre él todas sus mercancías y recorrer el país guiándolo como si fuese un caballo. Pero un día le salió en el lomo una ampolla y el veterinario le aconsejó a mi padre que se lo frotase con aceite de dátil. Mi padre siguió escrupulosamente el consejo del médico, pero una vez se olvidó de quitar el hueso del dátil y en el lomo del gallo creció una palmera. Esta palmera siguió creciendo y, en pocos días, se llenó de flores y de frutos.