... Y hablando de primaveras quinceañeras... Aquí dejo esta poesía de Luis Belda Benavent que fue ganador del premio poesía Federico Muelas, creo que el año 2010.
QUINCE AÑOS
Yo, tuve quince años.
Corría, lo recuerdo,
bajo la lluvia atando
un volcán de ilusiones.
Escalaba las sierras
para encontrar halcones
y libertad en mis alas.
Recuerdo mis dragones
poderosos y fi eles,
y el fuego que grabaron
en mis ojos curiosos.
Pasaron trenes turbios
y letras, libros, días,
historias y canciones,
y un viento huraño y viejo
arañando las piedras
de mi volcán dorado.
Un carbón de tristeza
fue manchando mi risa.
Se me hicieron pequeñas
las íntimas preguntas,
y dentro de mí mismo,
las brasas de mi hoguera
las apagó el invierno.
20
Luis Belda Benavent
Me fui apartando solo,
sin ruidos, en silencio,
como se hacen las cosas
que importan en la vida.
Y me hicieron el duelo
la noche y las estrellas,
y algunos corazones
enormes para un pecho
que ya me saben suyo.
Entretanto, mi risa
estaba adormecida
en la profunda tierra,
donde no hay ni recuerdo.
Pero ahora ha brotado.
El agua de tu risa,
las sales de tu nombre
pequeño y poderoso
abrieron la corteza
de la noche y su espacio.
Lanzaron contra el viento
helado del invierno
su calor de esperanza,
hasta sacar del fondo
del humus su milagro.
Puedes ver tras mi cuerpo,
como las aguas vemos
en un río transparente,
mi sangre desbocada.
21
Tu Poderoso Rastro
Musa y niña pequeña,
tu poderoso rastro de mujer,
tu cuerpo que ha nacido
para ser abrazado
lo tengo entre los dedos
escribiendo furiosos
huracanes de magia.
Me recorres las venas.
Me siento hecho de nubes,
tras un dolor llovido
de hierro y de cristales
Yo, tengo quince años...
Tú, tienes la dulzura
de quince años y un beso.
QUINCE AÑOS
Yo, tuve quince años.
Corría, lo recuerdo,
bajo la lluvia atando
un volcán de ilusiones.
Escalaba las sierras
para encontrar halcones
y libertad en mis alas.
Recuerdo mis dragones
poderosos y fi eles,
y el fuego que grabaron
en mis ojos curiosos.
Pasaron trenes turbios
y letras, libros, días,
historias y canciones,
y un viento huraño y viejo
arañando las piedras
de mi volcán dorado.
Un carbón de tristeza
fue manchando mi risa.
Se me hicieron pequeñas
las íntimas preguntas,
y dentro de mí mismo,
las brasas de mi hoguera
las apagó el invierno.
20
Luis Belda Benavent
Me fui apartando solo,
sin ruidos, en silencio,
como se hacen las cosas
que importan en la vida.
Y me hicieron el duelo
la noche y las estrellas,
y algunos corazones
enormes para un pecho
que ya me saben suyo.
Entretanto, mi risa
estaba adormecida
en la profunda tierra,
donde no hay ni recuerdo.
Pero ahora ha brotado.
El agua de tu risa,
las sales de tu nombre
pequeño y poderoso
abrieron la corteza
de la noche y su espacio.
Lanzaron contra el viento
helado del invierno
su calor de esperanza,
hasta sacar del fondo
del humus su milagro.
Puedes ver tras mi cuerpo,
como las aguas vemos
en un río transparente,
mi sangre desbocada.
21
Tu Poderoso Rastro
Musa y niña pequeña,
tu poderoso rastro de mujer,
tu cuerpo que ha nacido
para ser abrazado
lo tengo entre los dedos
escribiendo furiosos
huracanes de magia.
Me recorres las venas.
Me siento hecho de nubes,
tras un dolor llovido
de hierro y de cristales
Yo, tengo quince años...
Tú, tienes la dulzura
de quince años y un beso.