Aprovechaba las escalas del barco para bañarse en el río y nadar entre los cocodrilos sin ningún temor. Se divertía acariciándolos o montando a horcajadas sobre sus espaldas.
El joven griego enseguida comprendió que se trataba de un mago y procuró entablar amistad con él. Pancratés no tardó en concederle su confianza, hasta el punto de confesarle, uno tras otro, sus secretos
El joven griego enseguida comprendió que se trataba de un mago y procuró entablar amistad con él. Pancratés no tardó en concederle su confianza, hasta el punto de confesarle, uno tras otro, sus secretos