Al cabo de un año, Suri, la vaca, quiso ver al principito, y quedó más prendada que nunca de su hermosura. Para librarlo de todo mal, volvió a tragárselo, y así lo guardó diez años.
Por desgracia, un día la vio el guardián del establo, quien enseguida corrió a decir a las reinas que la vaca tenía dentro un hermoso joven con una luna en la frente y una estrella en la barbilla.
Por desgracia, un día la vio el guardián del establo, quien enseguida corrió a decir a las reinas que la vaca tenía dentro un hermoso joven con una luna en la frente y una estrella en la barbilla.