Las cuatro esposas del Rajá se estremecieron de miedo, y rasgándose sus vestiduras, fueron a ver a su esposo, diciéndole:
-Señor, vuestra vaca ha entrado en nuestras habitaciones y nos ha roto los vestidos. Ha sido un verdadero milagro que no nos haya matado. De ahora en adelante tendremos mucho miedo.
-Señor, vuestra vaca ha entrado en nuestras habitaciones y nos ha roto los vestidos. Ha sido un verdadero milagro que no nos haya matado. De ahora en adelante tendremos mucho miedo.